Mi asignatura pendiente era quererte
Y te probé…y la aprobé…
Mi asignatura pendiente era cuidarte
Y me acerqué, te abracé… y te protegí
Mi asignatura pendiente era soñarte
Y me acosté, te pensé… y viniste a mí.
Aún así todavía tengo
asignaturas pendientes…
No echarte tanto de menos, que no me duela que no estés aquí.
No desconfiar, por mi propia inseguridad.
No sentir celos cuando no te puedo tocar.
No sentirme vulnerable cada vez que te ame más.
Tengo un plan para sacar sobresaliente
Si te echo de menos, bastará con pensarte, no en tu
ausencia, sino en tu presencia, no son cortos los momentos si los extiendes por
tus recuerdos.
Tener claro siempre quién soy y a dónde voy, mi inseguridad
no es culpa de nadie, ni de nada, ni tan si quiera depende de la dosis de realidad
de este amor.
No es quien te escuche, sino cómo te escucho yo, no es quien
te mira, sino cómo te miro yo, no es quien te toque, sino cómo te toco yo,
celos de algo que es sólo mío, mis formas, mis gestos, mi ser, celos ¡¿de que?!
Ser agua, ser roca, o ser el agua que hace surcos en la
roca, soy las dos y no soy ninguna, no soy débil ni indestructible, pero quien
vive, quien anda, es posible que en ocasiones le salgan yagas… las prefiero a
la pasividad de no hacer nada.
Pero mi asignatura más pendiente es que la regla no me
afecte.
Gracias por quererme en todos mis modos.