domingo, 23 de agosto de 2015

MI TEMPLO


Observo sus paredes descascarilladas por el paso del tiempo,
rondo su exterior durante días
sin saber cómo acceder a su interior,
pasa el tiempo hasta que encuentro la entrada.

Estaba justo ahí,
pero el miedo me cegaba.

Respiro hondo y entro,
su interior está falsamente ordenado,
miro hacia los lados sin saber por dónde empezar,
dónde es el sitio exacto donde va cada cosa,
que sobra y que es imprescindible de verdad.

Me siento en un pequeño sofá,
me limito a observar,
permanezco inmóvil por un tiempo indefinido.

Mi mente se agota y busca distracciones,
algo que excuse emprender mi movimiento…
…me aburro de esas excusas…


Fuera se suceden cosas que me llevan a mirar por las ventanas,
me duele lo que ocurre fuera,
observo y siento cada cosa que veo.

El viento que golpea las paredes me despeina,
la lluvia que cae sobre los cristales me moja,
el sol que calienta los muros me quema,
el frío que hiela la entrada me hace temblar.

Nada pasa… o tal vez sí…

…Hacer o no hacer solo depende de mí…

Y sin saber por qué pienso que...

Yo estoy dentro,
todo lo demás esta fuera,
dejarlo entrar solo depende de mi.

Y me doy cuenta de…

Que he dejado entrar tantas cosas que no me pertenecían…
que cada cosa que esta fuera de lugar
las movió ese viento, esa lluvia, ese frío
las moví yo porque los hice míos,

Y algo se rompe en mi interior,

Pues esta es mi casa
y no he cuidado de ella,
tengo mucho que hacer,

Y sobre todo dejar fuera lo que no es mío…

No hacer mío lo que no me pertenece,

Sacar la basura cada día

Y dejar entrar en mi templo...


                       ... Solo aquello que no me rompa por dentro.