jueves, 10 de diciembre de 2015

REMONTANDO EL VUELO

No quiero dormirme hoy sin dar las gracias a este día por enseñarme el ying y el yang de las emociones.

Por despertarme con energía, por ser capaz de transmitirla, de compartir y despertar sonrisas.


Por ver la luz en los ojos que me miran con cariño y llenarme de las situaciones que terminan con un abrazo en grupo.

También doy las gracias por nublarme, por dejarme caer levemente, o …gravemente, al fin y al cabo, sentirme en el lado opuesto en el que tan solo hacía unas horas vivía.

Por esa voz interior que tantas veces me han dicho, que ojalá fuera capaz de escucharla con la misma fuerza que sale cuando habla para otros.

            Por ser capaz de hablarme… de escucharme… de pararme.

 Doy las gracias por ser capaz de remontar el vuelo, y volverme a sentir por encima de ese nublado, por encima de la oscura noche, y de nuevo rozar las estrellas.

Sola pero conmigo, pues esta guerra no tenía enemigos.

Doy las gracias por permitirme acabar el día con… no la misma sonrisa que desperté, sino con una sonrisa mejorada.


            Ahora sí puedo entregarme a los sueños, los que se viven despierta hoy los he cumplido.