martes, 6 de mayo de 2014

LA INVISIBILIDAD DEL SER

Curioso el poder que en ocasiones se me otorga, aunque aún no lo domine, he aprendido a divertirme con él, ya no me hace sentir un espacio de aire, un vacío en una habitación o una transparencia inapreciable... 

A veces en compañía las cuentas no salen, la silla que falta, la última en una cola que nunca parece terminar, en ese momento lejos de sentirme algo que ni el mundo sabe lo que podría suponer, me siento alguien capaz de reírme en sus caras sin que ni tan si quiera lo sepan, hacerles trastadas que parezcan venidas del infortunio, me siento con la posibilidad de ser ese duende travieso... 

Así ahora es ese poder que en tiempo atrás me convertía en lo que sin querer ellos querían... en nada. 

Curioso el poder que nos dan los ojos, que al entrar en cualquier lugar nos lleva la mirada a los extremos de lo más bello, lo mas estrambótico o incluso la más rara fealdad, con la mirada clasificamos los extremos y olvidamos todo aquello que se mantiene en el umbral de lo normal, de lo sencillo. 

Curioso el poder de aquello que los ojos no nos pueden mostrar, la belleza de las almas, las palabras calladas, las conversaciones que van más allá de los cinco sentidos.  

¿Cómo ver un alma si solo usamos la vista?  

¿Dónde quedaron todos aquellos sentimientos que con los ojos creamos? 

 La de cosas que perdemos por no ver allá de la invisibilidad del ser, ese ser que es capaz de dar amor, de escuchar, de estar, de creer en ti y en si mismo contigo... 

Cuando los ojos te mienten y puedes ver mejor a alguien cuando no está que cuando lo tienes delante .¿Cómo se puede llamar a eso ver? 

Que locura es la vida, que ahora cobran sentido frases que guarde en un recuerdo imborrable, "sin mirar veo lo que mirando no puedo ver", pero una cosa sé, aunque no me veas, yo a ti siempre te veré.