Pasa la brisa y hasta a veces me esquiva... me mantengo en
la sombra y me fundo con ella.
Soy calor
si lo necesitas, el aire fresco cuando tienes calor, soy la sonrisa de una
nube, el hielo en el vaso que se derrite sin que te percates de ello...
Soy los
ojos que te miran y te cuidan, soy la que calla cuando tienes algo que decir,
la que te dice lo que necesitas escuchar, soy la palabra y soy el silencio.
Soy muchas
cosas que no veras, soy seguramente aquella de quien a veces no te acordaras,
soy testigo de tus actos, esponja de emociones, soy la única responsable de lo
que soy.
Si me
necesitas me encontraras, si no quieres tenerme desapareceré sin molestar, soy
el gato que te ronronea y la esfinge que parece de piedra.
Soy todo
aquello que echaras de menos cuando no pueda más y como el sol me oculte entre
las nubes durante años de tormenta.
Puedo ser
la lluvia de las lagrimas que nunca verás, los rayos que jamás te alcanzaran,
los truenos mudos de un alma que se rompe, de lo cual no te percatarás, tan
solo te dejaré ver el sol que hay después... pues en esa tormenta duermes tus
sueños mientras yo despierto mis miedos.
Despierto a
un nuevo amanecer, manejo mis mareas rebosantes y escasas, soy la espuma que se
desvanece en la orilla, el agua que no quieres que moje tu toalla, pero en la
que si te gusta sumergirte, soy el mar de fondo, la orilla que no quisiste
pisar.
Soy lo que
crees que soy y muy pocas personas me conocen de verdad.
Tú que me leerás,
quiero darte las gracias por saber que te quiero desde lo mas profundo de este
mar a la cresta más alta de una ola.
Al fin y al
cabo soy lo que yo escogí ser, un mar más bravo de lo que parece que solo el
capitán más hábil sabrá surcar hasta el corazón de mi océano.